Si estás llevando a cabo la decoración interior de tu hogar o incluso de tu establecimiento, es posible que explorando opciones de pavimentos hayas dado con los suelos laminados, pues este tipo de suelos ha ganado protagonismo por ser una solución cada vez más utilizada para revestir las superficies de una gran variedad de espacios. Esto se debe a sus características estéticas y de durabilidad, entre otras muchas más, que más adelante te detallamos.
El suelo laminado imita con minucioso realismo en su superficie una gran variedad de materiales naturales, como la madera, la piedra, el mármol o la cerámica. Los suelos laminados no solamente emulan las características visuales de los materiales, sino que también cuentan con texturas y relieves incluso sincronizados que contribuyen al realismo de los diseños.
En resumen, los suelos laminados ofrecen el aspecto de los materiales más nobles y naturales, junto con una gran variedad de propiedades que hacen de estos una opción más duradera, económica y de fácil instalación que lo hasta ahora conocido.
¿Cómo está hecho el suelo laminado? ¿Qué materiales lo componen?
Los elementos esenciales según el estándar de calidad que están presentes en cualquier tipo de suelo laminado son los siguientes:
- Primeramente, nos encontramos con el Kraft o papel balance. Esta constituye la base del suelo laminado. Su función compensadora asegura un balance preciso para conseguir la planitud de las piezas y sella la cara inferior del soporte de HDF para protegerlo de la humedad y otras adversidades.
- La segunda capa que ya hemos mencionado en el anterior punto es el HDF hidrófugo o tablero de alta densidad. Se trata de un tablero compuesto de madera aglutinada con resinas sintéticas prensadas a alta presión hasta alcanzar una vasta densidad. Esta capa es la encargada de aportar estabilidad frente a arqueamientos o deformidades, proporcionando además una resistencia total a la humedad.
- A continuación, se encuentra el papel decorativo, es la parte estética, la que aporta el diseño del material a emular. El abanico de posibilidades es realmente amplio y su fidelidad muy impactante visualmente. Además, este papel se impregna de resinas y se prensa a la capa anterior de HDF.
- Por último, la capa más superficial se conoce como Overlay. es un papel prácticamente transparente compuesto por celulosa y corindón, un mineral que se caracteriza por su dureza. De este modo el Overlay transfiere al suelo laminado importantes propiedades de protección y resistencia al desgaste.
Este meticuloso sistema de fabricado hace que el suelo laminado sea muy resistente al desgaste, de gran estabilidad y muy duradero, elevándose en calidad sobre los materiales que emula.
¿Qué ventajas proporciona la instalación de un suelo laminado en nuestra casa?
Son varias las ventajas derivadas de utilizar este tipo de producto. Primero cabe resaltar su diversidad de usos en diferentes entornos. Gracias a la variedad de diseños y estilos de los suelos laminados, y gracias también a su calidad técnica puede encajar prácticamente en todas las estancias de la casa.
El aspecto y las terminaciones del material son muy naturales y sus texturas y acabados totalmente realistas. A un precio más económico podrás sentir la calidez de la madera o la elegancia de la piedra sin restarle realismo. Al fin y al cabo, lo primero que buscamos a la hora de seleccionar el suelo que decorará un salón, cocina o comercio es que sea bello y encaje perfectamente con el ambiente creado. En este punto es difícil igualar el nivel de definición del suelo laminado de alta calidad como el de Faus.
Otra de las ventajas de los suelos laminados es la ya mencionada durabilidad del material. Gracias a su composición, antes explicada, el suelo laminado es capaz de tolerar condiciones muy adversas, pues sus tecnologías de resistencia están ampliamente desarrolladas. Además, cuenta con la ventaja de tener unos estándares de calidad muy altos derivados de la normativa europea, contribuyendo a garantizar el aguante de los suelos en perfectas condiciones con el paso del tiempo.
Por último, las facilidades en cuanto a instalación, limpieza y mantenimiento. La diversidad de formatos en que podemos encontrar el suelo laminado facilita mucho su uso, sobre todo en el momento de colocarlo. En general se puede instalar sobre cualquier tipo de subsuelo, siempre que esté seco, firme y plano. Además, los suelos laminados son compatibles con suelos radiantes. La instalación la puede llevar a cabo el propio consumidor, pues esta no requiere ningún tipo de obra. Sencillo y económico. Y además, su mantenimiento y limpieza son realmente cómodos. Al ser un producto sin poros en la superficie, confiere propiedades de impermeabilidad. Con pasar una mopa o aspiradora para limpiar el polvo y un trapo con alcohol sobre cualquier mancha localizada es más que suficiente.
Propiedades del suelo laminado
Las propiedades varían en función de la calidad del suelo laminado. Un suelo laminado de alta gama como Faus Syncro podría ser un ejemplo perfecto de cuales son las características más atractivas de este material. Algunas de las más importantes serían:
Alta resistencia a la humedad: repeler el efecto del agua se convierte en un punto muy importante que convierte al suelo laminado en apto para soportar entornos úmedos como cocinas y baños.
Resistencia a las quemaduras: gracias a la capa de overlay los suelos laminados cuentan con una protección muy potente frente a eventos cotidianos que podrían ser fatales para el mantenimiento del suelo.
Resistencia a la abrasión: existen diferentes niveles de resistencia. Se denominan AC y van desde el 1 al 6. Siendo AC4 perfecto para hogares, AC5 para comercios y AC6 para establecimientos comerciales de uso muy intensivo.
Propiedades de aislante térmico y acústico. Confieren confort, bienestar y equilibro al espacio.
Tarimas flotantes y suelos laminados
El concepto de tarima flotante se refiere a los suelos de parquet con instalación flotante, es decir, sin pegar al suelo. Este término popularmente define también a los suelos laminados colocados de este mismo modo, por lo que han sido convertidos en sinónimos.
La diferencia reside en los materiales: los laminados están creados con materiales sintéticos muy resistentes de alto realismo y gran variedad de diseños mientras que la tarima flotante se trata básicamente de madera natural, con una capa noble superior de madera que va de entre los 2,5 a los 4,5 milímetros.